Figlio

Palabra clave
Diseño integral, dirección creativa
Para, Desde, Donde
Tandil
Año
2025
Foguel Studio fue convocado para conceptualizar y diseñar integralmente el proyecto de remodelación de las heladerías Figlio, en Tandil.
El diseño abarcó 400 m² cubiertos y 740 m² descubiertos, en una intervención que transforma el espacio en oda, monumento, comercio y fantasía a la vez.
Esculturas de más de siete metros, frisos monumentales, capiteles de copos de helado y nichos con flores de cacao conviven con mobiliario inspirado en cucuruchos, bombones y jarrones con iconografía de sabores.
El proyecto despliega una narrativa escenográfica y simbólica que convierte el acto de tomar un helado en una epifanía estética y sensorial, desdibujando los límites entre lo funcional y lo ficticio.
Foguel, líder del estudio basado en Buenos Aires, venía de recibir premios por su trabajo en hielo, y este encargo le permitió tornar pétreo aquello que tiende a derretirse. FIGLIO x FOGUEL demuestra que concebir espacios es una manera de coquetear con la ficción, intervenir el tiempo y dejar que dentro de ellos transcurra algo tan vital como la gracia humana.
FIGLIO X FOGUEL
«Yo la batí hasta que se montó», dice la letra de una canción de pop flamenco. Si una frase sirviera de analogía para definir un proceso en el que participaron decenas de personas con su apuesta por lo extraordinario, su know-how técnico-tecnológico y su capacidad de conceptualización sería esa.
Para la distinguida heladería Figlio de Tandil, ciudad argentina de 150 mil habitantes, Foguel Studio concibió con libertad y desenfado una obra que navega un canal distinto al de la arquitectura tradicional: este proyecto integral es y debe entenderse como un hecho artístico que deambula en torno al drama, el romanticismo, la desvergüenza, la exageración, la ironía.
Hay, a las claras, la invención de una narrativa superior y abarcativa que excede la mera resolución de una tienda y pone en debate cuál es el fin último de la cultura material, de lo construido, de lo habitable. Acaso relegados desde hace tiempo por la tendencia de cajas ascéticas o simples vidrieras, aquí los relieves, las texturas, la simulación de superficies, el manejo clásico de los puntos de fuga y las citas históricas confluyen para alcanzar que las cosas devengan vehículos de comunicación, enmarquen un relato.
Arquitectónico es, desde ya, por su transitabilidad y por albergar una función específica. Sin embargo, la dimensión de la autora como diseñadora industrial y artista con formación en los campos de la escultura, la escenografía y el vestuario predominan en un sitio que decide —abiertamente— alejarse de cualquier evaluación témporo-espacial y abrir una ventana hacia el vasto terreno de la fantasía, ese territorio inasible donde todo está permitido y en el que Foguel se mueve sin temor ni prejuicios.
La acentuación de lo majestuoso se resignifica si se lo encara desde la inocencia y el imaginario infantil. En la niñez, ¿existe algo más mágico que ir a tomar un helado? Probablemente, no. ¿Y algo más clásico? Tampoco. Bajo esas premisas y con representaciones ligadas al italianismo, surgieron las directrices estéticas, productivas y emocionales del programa. En esta «institución», la deidad no es un ser inalcanzable ni una esencia divina. Es, más bien, un producto tan accesible y popular como un helado. Jerarquizarlo, y en cierto modo sacralizarlo, delineó la idea desde los inicios: hacer de una heladería una «catedral» que, a partir de estímulos y símbolos novedosos, siembre recuerdos y convierta lo corriente en memorable.
Molduras y capiteles construidos con «crema» de mármol; mesas con base de «cucuruchos» de madera maciza; «flores de cacao» producidas en resina; «bombones» de cemento; jarrones cuyos frentes iconizan en impresión 3D cada gusto; una efigie híbrida de siete metros, reversión de obras renombradas del arte grecorromano: la reivindicación extrema del ornamento, la intertextualidad y la reinterpretación de autores como Miguel Ángel, la mitología de El Coloso de Rodas o la película La grande bellezza dejan entrever la picardía de la propuesta, así como su roce con el aún denostado posmodernismo y su consigna «Menos es aburrido», en una operación instintiva-intelectual que juega atrevidamente a ser comercio, oda y monumento a la vez. Pantallas de última generación, revestimientos de piedra en bruto, esculturas de mármol y tiramisú: así, con extraño eclecticismo, se alza un legítimo templo onírico.
Ejecutarlo fue un reto. En un trabajo meticuloso e interdisciplinario, intervinieron tecnologías de avanzada, investigaciones materiales locales, viajes por Europa y Asia, operarios con una larga trayectoria en oficios como el tallado en piedra y profesionales de los rubros del diseño gráfico, la producción multimedia, la IA y la arquitectura, área que se encargó de dirigir con audacia la obra in situ.
EQUIPO
Dirección de arte y diseño : Foguel
Dirección de obra y asesoramiento técnico en arquitectura: Sanchez Belloni Arquitectos
Colaboradores de Foguel Studio: Josefina Barbero, Tomás Cetkovich, Camila Cioffi, Mariano Hernandez.
Modelado de esculturas originales : Mili Poy
Asistencia de escultura: Caro Kindsvater
Scan 3D de esculturas: Grego Neuman
Modelos 3D: Inchausti, Felipe Batemateco
Diseño gráfico: Ufficio
Diseño de uniformes: Honoré Japón
Tejido de cortina: Priscila Estrada
Modelado de piedras y colocación de columnas: La cantera de Tandil
Finish de arte: Guadalupe y Gerard y equipo, Quiroga de Mendonça
Scan 3D: Hexagon Creations
Artista IA / videos en el local: Marcos Montané
Fotos: Dagurke